En octubre de 2005 comencé a trabajar en este proyecto personal y profesional que desde entonces ha ido creciendo y desarollándose a un ritmo progresivo, pausado y lento, que me enriquece día a día.
En ese momento quise poner en palabras mi intención, mi deseo, mi ilusión, mi descripción de lo que quería que fuera esto... y me salió un texto largo, muy ambicioso, algo que quizás aún no esté en condiciones de ofrecer... y sin embargo sigue reflejando mi propósito y sigue conduciendo mis pasos...
contradanza
Una exploración
de la propia capacidad
de reflejar los impulsos internos,
los sentimientos y las emociones,
permitiendo que sea la intuición,
y no la mente, quien nos lleve a una forma
de baile auténticamente personal,
creativo y enriquecedor
Andamos desconectad@s de nuestra genuina naturaleza y ajen@s a nuestra intuición, a nuestro cuerpo y a las sensaciones que experimentamos y que son esenciales para poder reconocernos como seres completos capaces de armonizar los aspectos corporales, mentales, emocionales y espirituales de nuestra existencia.
Tenemos una vaga conciencia de que privamos a nuestro cuerpo de la necesidad y el placer de expresarse libremente en el lenguaje del movimiento, a pesar incluso de tener la intima certeza de que cuando lo hacemos nos sentimos especialmente felices, creativas y en armonía. Quizás por eso nos hayamos prometido mil veces buscar las circunstancias para poder hacerlo.
Hoy, después de haber experimentado la danza libre con Elzbieta Moszczynska y después también de haberme implicado en diversos procesos de crecimiento personal, creo haber encontrado un camino que me apetece compartir con cuantas personas puedan sentirse identificadas con esta propuesta. Os ofrezco un espacio y un tiempo para compartir el camino y el hallazgo de una nueva forma de expresión corporal, baile interior, movimiento auténtico o danza libre que me gusta llamar Contradanza.
Contradanza es una propuesta de integración mente, cuerpo y emoción; una búsqueda personal hacia el movimiento libre y creativo; una alternativa para encontrar y desarrollar la armonía personal.
Se trata de caminar hacia la toma de conciencia personal y la búsqueda de un modo de expresión corporal que responde a nuestra individualidad más profunda y auténtica. Se inicia así el trayecto a una danza improvisada que refleja un grado de conexión personal profunda y una creciente capacidad de comunicación creativa.
La llamo Contradanza para reflejar que lo que se pretende no es reproducir de forma mecánica una serie de movimientos convencionales. Al contrario, se trata de desarrollar una sensibilidad personal para percibir y realizar el movimiento que en un momento determinado y único refleja nuestras sensaciones, imágenes, emociones o sentimientos más íntimos y aquéllos que deseamos compartir con otras personas.
Por eso para participar de esta experiencia no es preciso “saber bailar”; lo único que se necesita es desear explorar y desarrollar la capacidad de comunicar nuestra intimidad a través de este lenguaje corporal.
Partiremos del uso de técnicas de respiración y de relajación para profundizar en la autoconciencia y dar paso al movimiento corporal y a una modalidad de danza que no está sometida a técnicas ni a criterios estéticos prefijados. No se persigue el control formal de los movimientos, sino la capacidad de reflejar los impulsos internos, los sentimientos y las emociones, permitiendo que sea la intuición, y no la mente, quien nos lleve a bailar, bailar, bailar…
