Llegó ella y la recibimos con un punto de incredulidad y mucha ilusión. Inmediatamente nos confiamos y la fuimos siguiendo en unas propuestas que nos llevaron a explorar nuestra voz en unos registros desconocidos, y también a dejar salir personajes internos que no siempre reconocemos como parte nuestra...Aparecieron así: La Princesa con la melena al viento, su malvada hermana, el ogro de la voz fangosa, o el magnánimo emperador Antooooniooooo...
Al final estábamos felices, tod@s, y nos prometimos repetirlo, o mejor continuarlo...